El
CENS Nº 6 (Centro Educativo de Nivel Secundario N° 6)
nació como resultado de un convenio
realizado entre el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación y la OEA
(Organización de Estados Americanos).
Tuvo
el privilegio de ser uno de los seis primeros que se establecieron en el
territorio nacional. Esto permite destacar la importancia que tuvo en su momento
su apertura y asentamiento en la ciudad de Mercedes, que se transformó en
pionera de la educación del adulto.
Las
siguientes citas han sido extraídas del N° 7 de la revista
"INFORMACIONES” (julio-agosto de l970), que en realidad era el BOLETÍN
DEL CENTRO NACIONAL DE DOCUMENTACIÓN E INFORMACIÓN EDUCATIVA:
"Entre la OEA y el Ministerio de Cultura y Educación se convino,
como parte del Programa Regional de Desarrollo Educativo,
la ejecución del proyecto titulado PLAN
EXPERMENTAL MULTINACIONAL DE EDUCACIÓN DEL ADULTO".
"Entre las metas específicas del proyecto que DINEA (Dirección
Nacional de Educación del Adulto) señala para el año l970-71, figura la
‘implantación y evaluación de estudios secundarios en centros educativos’.
De acuerdo con ello, ha elaborado un plan de estudios a nivel secundario para
adultos que responde a los objetivos del desarrollo nacional y a las exigencias
del adulto como sujeto singular de educación.”
“ La estructura y el curriculum de este plan de estudios ha sido aprobado por Resolución Ministerial N° 1316 del 27 de julio de 1970. La misma Resolución autoriza a DINEA su aplicación con carácter de microexperiencia y "la constitución de un GRUPO DE CONDUCCIÓN para la creación, supervisión y evaluación de la microexperiencia, así como la formulación de las modificaciones que los resultados de la experiencia señalen como fundados".
Sin
duda que ellas aportan importantes datos aclaratorios sobre el comienzo de esta
microexpriencia, la cual inicialmente fue cerrada, por lo que finalizó en 1973,
pero volvió a abrirse simultáneamente la etapa que llega hasta nuestros días.
Los
matices de la historia de nuestro CENS – hoy N° 451-
pueden resumirse brevemente como sigue:
Fue
su primer director el ingeniero Fernando Ramón Lubo, quien gracias a
su excelente capacidad de conducción hizo del CENS una institución
respetable y prestigiosa, tanto a nivel local como a nivel de toda la
microexperiencia.
Entre
los motivos de ese bien ganado prestigio estuvo la iniciativa de presentar todos
los informes de la microexperiencia en forma escrita, práctica que se hizo
obligatoria más tarde para todos todos
los CENS del país.
Otro
motivo fue el excelente grupo humano que constituyó el primer cuerpo docente
del establecimiento, característica que se ha mantenido hasta nuestros días.
Una
de las actividades que ese grupo desarrolló en forma profusa y casi desconocida
en otros establecimientos secundarios de la ciudad, fue la confección de
apuntes para los alumnos y su impresión en al mimeógrafo que fue suministrado
como parte del equipamiento inicial. Demás está decir que su distribución fue
siempre gratuita, y gracias a la inestimable y estrechísima colaboración del
sindicato de "LUZ Y FUERZA "REGIONAL MERCEDES”,(entidad a la que
dedicamos un merecido párrafo aparte) que suministró todos los insumos para
realizar la tarea, amén de las reparaciones del mimeógrafo en todas las
oportunidades en que fueron solicitadas.
Es
dable agregar que aún hoy, a treinta años de esos comienzos, algunas materias
continúan parcialmente con esa vieja tradición, aunque con los medios tecnológicos
a disposición.
No
podemos dejar de mencionar tampoco el grupo humano que constituyó la primera
promoción: fue sencillamente "fuera de serie", integrado por
empleados de los sindicatos, afilados a los gremios, personal de las diversas
reparticiones nacionales, provinciales y municipales no sólo de la ciudad sino
también de algunas localidades vecinas que, como se comprenderá, se sintieron
atraídos por una oportunidad inédita en la historia educativa del país,
aceptando los riesgos y desafíos de tan nueva y excitante empresa. Entre los múltiples
recuerdos que nos han quedado a los docentes de esa primera hora, figura la
sorpresa de la gente cuando contábamos
que éramos profesores de personas que podían ser cómodamente nuestros padres.
Y
curiosamente quienes llegaron a creer que "como la primera no habrá
ninguna otra promoción", se equivocaron pues
se contó con no pocos grupos humanos de esos quilates, de los cuales han
salido gerentes de empresas, jefes de reparticiones y otros que, siguiendo
diversas carreras terciarias, han obtenido títulos de Profesorado y de
profesiones como Abogacía y Administración de Empresas. En todos los casos, la
edad de ingreso mínima era de veintiún años, aunque posteriormente se bajó a
dieciocho, lo que no impidió que las "nuevas camadas" repitieran lo
actuado por quienes los precedieron.
La
sede inicial del CENS Nº 6 fue el mismo edificio del sindicato, sito en la
calle 23, entre 14 y 12 durante
algunas semanas, y posteriormente, una vieja y amplia propiedad que Luz y Fuerza
poseía en la esquina de las calles 16 y 25 de nuestra ciudad, que fuera
demolida posteriormente para comenzar la construcción del edificio actual del
sindicato, en el mismo emplazamiento. Esto motivó en 1973 el traslado del CENS
al Colegio Nacional "Florentino Ameghino", gracias a la inestimable
colaboración de su rector, el señor Pluvio Santoro.
Cuando
el ingeniero Lubo renunció para dedicarse momentáneamente a la carera política,
cosa que hizo en las filas del Partido Demócrata Cristiano, presentándose como
candidato a intendente de nuestra ciudad en las elecciones generales de 1973, lo
sustituyó quien hoy ocupa en nuestro recuerdo un lugar imperecedero: el
profesor Juan Antonio Cangelosi.
Sin
duda alguna, el profesor Cangelosi continuó y mejoró la gestión del ingeniero
Lubo, dándole por supuesto su inolvidable toque personal. Gracias a él,
nuestro Centro pudo soportar sin problemas de ninguna índole los difíciles
momentos de la década del '70 en la cual no pocos CENS fueron cuestionados, más
por sospechas referidas a una supuesta infiltración ideológica que por razones
pedagógicas. (Ya en esa época su número de alumnos se había multiplicado, y
había alcanzado primero algo más de una treintena, y posteriormente,
sobrepasado el centenar).
Pero
la gestión del profesor Cangelosi terminó abruptamente a raíz del trágico
accidente que sufriera con su familia el 14
de octubre de 1984, mientras regresaba de Junín, en el que perdió la vida. Su
esposa y uno de sus pequeños hijos fallecían unos días después a raíz de
las gravísimas heridas recibidas.
Se
hizo entonces necesario elegir un nuevo director, y la elección recayó en el
profesor José María Gioscio, docente de real valía y amplio conocedor del
manejo de un establecimiento secundario, habida cuenta de sus comienzos como
preceptor en sus épocas de estudiante del profesorado de Historia, en el
Instituto del Profesorado "Ciudad de Mercedes". Precisamente en esos
comienzos, en la Escuela Industrial de Mercedes, tuvo como superiores a
excelentes directores que le enseñaron buena parte de lo que llegó a saber
sobre procedimientos, reglamentos, manejo de alumnos, etc.
La
administración del profesor Gioscio fue fructífera y logró la definitiva
consolidación de nuestro CENS, que ya cuando asumiera era considerado una
institución de importancia en la educación de adultos, con una apreciable masa
de egresados.
Tuvo
lugar durante esta etapa un cambio en el régimen de evaluación de los alumnos,
que hasta ese entonces consistía en tomar pruebas de aprovechamiento
semestrales, promediables con el concepto del profesor. Dicho cambio consistió
en la eliminación de las pruebas semestrales,
y manteniendo como nota de eximición los seis puntos. Todo esto ocurría
a mediados del año 1985, con la puesta en vigor de la Res. Min. 206/83.
Y
en 1989, un nuevo traslado, debido esta vez al aumento de la matrícula de
Colegio Nacional, lo que motivó a sus autoridades a pedir los salones que tan
gentilmente nos prestaran para el turno de la noche durante tantos años. Esta
vez la nueva sede fue la Escuela Industrial "Nuestra Señora de las
Mercedes", que nos acogió calurosamente, brindándonos toda clase de
colaboración, bajo la dirección tanto de la Srta. Albertina Marcelli como de
su actual director, el Sr. Jorge Anicelli.
En
1990 se festejan los primeros veinte años de existencia del CENS, y se lo hace
con una serie de actos a los que concurren masivamente ex-alumnos y egresados,
lo que constituye un éxito sin precedentes en nuestra corta historia.
Ya
en 1993, profundos cambios en la estructura del sistema educativo comenzaron a
gestarse con la aplicación de la Ley de Transferencia de los Servicios de la
Nación a las provincias: se disolvieron las direcciones nacionales, como la
DINEA, el CONET, la Dirección Nacional de Enseñanza
Agropecuaria, etc., y los establecimientos secundarios y terciarios de la
Nación fueron absorbidos por las respectivas administraciones provinciales. En
la provincia de Buenos Aires, el proceso culminó en 1994.
Pero
un hecho inesperado enlutó nuevamente a nuestro Centro: el
22 de abril de 1994 fallecía nuestro tercer director, el profesor José
María Gioscio, compañero de trabajo y amigo de todos nosotros durante años,
en algunos casos, más de dos décadas. Lleva su nombre la importante biblioteca
de la institución, que cuenta con más de mil volúmenes y que -en un proyecto
de integración repetido año tras año- es atendida por un equipo de alumnas
voluntarias, provenientes siempre se segundo ciclo, bajo la coordinación de una
docente de la casa.
Hubo
que proceder, entonces, a la elección de un nuevo director, el cuarto en más
de veintitrés años. Recayó la elección en el Prof. Carlos Antonio Pérez, de
dilatada trayectoria en la educación provincial y antiguo profesor de nuestra
escuela.
Desde
el primer momento el profesor Pérez puso en práctica sus ideas sobre la
conducción del Centro. Básicamente, propuso al cuerpo de profesores acentuar
la apertura del Centro hacia la comunidad, que incluyó, entre otras acciones,
el dictado de charlas abiertas a todo público, la primera de las cuales se llevó
a cabo el 8/7/94, en la cual el prof. Hernán Borrajo y el señor Miguel
Delaurenti (director del Observatorio Astronómico Municipal) disertaron sobre
el choque del cometa Shoemaker Levy 9 con el planeta Júpiter y a la cual
concurrieron más de un centenar de personas. Se repartieron folletos
explicativos y se contó con apoyatura de recursos informáticos para modelizar
el evento.Una segunda charla se realizó
en los últimos días del mes de octubre en la cual se contó con la colaboración
del Instituto del Profesorado "Ciudad de Mercedes" y del Observatorio
Astronómico Municipal. El tema fue LOS ECLIPSES, aprovechando el eclipse de los
de 3/11/94.
En
este mismo sentido -apertura a la comunidad- se intensificaron las actividades
de aprendizaje fuera del aula, en el marco de la experiencia "La escuela
sale a la calle para aprender": visitas a exposiciones de pintura con práctica
de taller de escritura en el lugar; asistencia a representaciones teatrales
locales y capitalinas con encuentro posterior de intercambio de opiniones con el
elenco, director y escenógrafos; participación en conferencias de orden científico,
económico y cívico con posterior aprovechamiento en clase, a cargo del área
de Lengua y Literatura, bajo la coordinación general de la docente , Prof. Mónica
L. Tirone.
También
propuso solicitar la donación de la enseña patria como bandera oficial de
ceremonias del establecimiento, lo cual se
concretó felizmente gracias a la Escuela de
Formación de Gendarmería Nacional, con asiento en Mercedes.
Se
reiteró a partir de 1995 la campaña de propaganda para la inscripción. En esa
oportunidad, incluyó el diseño de afiches y la difusión del lema del Centro,
que nos identificara desde mediados del año anterior. Es así como nuestro "MEJOR
ES SABER"
ha penetrado en la comunidad local y se mantiene como estímulo y guía del
quehacer institucional.
Es
notorio cómo a partir de 1994 ha ido creciendo considerablemente la matrícula.
Desde esa fecha a nuestros días, se ha producido un muy importante incremento
del alumnado, lo que coincide con los importantes cambios que se fueron gestando
en el mercado laboral y la consecuente necesidad del adulto que no tiene
trabajo, para ingresar al mismo, así como
-en ocasiones- la necesidad del adulto que debe contar con su título
secundario para mantener su estabilidad laboral.
La
matrícula inicial fue:
·
En
1994: 180
·
En
1995: 220
·
En
1996: 340
·
En
1997: 352
·
En
1998: 385
·
En
1999: 342
·
En
2000: 328
En
1995 se celebraron las Bodas de Plata de la institución. Este
acontecimiento convocó a toda la familia de ex -alumnos
y ex -profesores. Se editaron obleas que difundieron por toda la ciudad
la trascendencia del evento, y se realizó un concurso de cuentos y poesías
con participación de alumnos, ex -alumnos y ex -profesores, que concitó
amplio interés y puso de manifiesto no sólo la creatividad de nuestra gente
sino los valores afectivos que nos unen.
Como
culminación, se realizó el acto académico en las instalaciones de la Escuela
Industrial y una “ gran fiesta del reencuentro” en un salón de fiestas
local, que reunió a casi cuatrocientas personas.
Al
cumplirse los diez años del fallecimiento de nuestro ex -director, Prof. Juan
Antonio Cangelosi, se puso en marcha un deseo que había sido verbalizado
por el cuerpo docente en el momento de su muerte: que el CENS llevara su
nombre.
Según
los requerimientos reglamentarios, debía transcurrir ese lapso para poder
iniciar la tramitación pertinente. Así se hizo y, tras responder a todas las
exigencias al respecto -entre las cuales figuraba el amplio apoyo que la
comunidad local brindó a la iniciativa-, la resolución Ministerial Nº
9878/97 del 16 de julio de 1997 autorizó la denominación completa de
nuestro CENS N° 6 (hoy 451): "Prof. Juan Antonio Cangelosi".
A
propósito, cabe incluir aquí una breve semblanza de quien fuera figura tan
trascendente en la vida de esta escuela y cuyo nombre nos honra a todos.
Juan
Antonio Cangelosi
nació en Mercedes (B), el 28 de julio de l941. Hijo de Don Juan Cangelosi y de
Doña Emma Zunino. Realizó sus estudios primarios en la escuela N°1 “Víctor
Mercante”, a la que ingresó directamente al entonces “primero superior”,
pues su nivel intelectual excedía -según las pruebas realizadas- los
requerimientos del primer grado. Excelente alumno y compañero, desarrolló la
etapa estudiantil secundaria en el Colegio Nacional “Florentino Ameghino” de
su ciudad natal, del que egresó en 1958 con un promedio general de 8.76.
Siempre querido y respetado por sus pares y profesores, no sólo demostró
sus dotes intelectuales en el aérea del conocimiento tanto científico cuanto
humanístico, sino que representó a su Colegio,
integrando la Selección de Mayores en Básquetbol, deporte en el que fue
una figura local destacada.
Al
respecto, cabe destacar que siempre jugó para el “Club Quilmes” de
Mercedes(B), desde l952, año en el que comenzó a jugar en categoría
“infantiles” para continuar en “Cadetes 2da división, 1ra división”
y “Veteranos”. En todas las categorías en que participó tuvo la
oportunidad de clasificarse “Campeón” y es de destacar, en este aspecto,
que en un mismo año obtuvo el Campeonato en Categoría Cadetes, 1ra y 2da
división. Ya desde los 15 años jugó en la 1ra división de Cadetes; a los 16
ya era “titular” en el equipo que
con él se consagró campeón durante siete años consecutivos. También integró
la Selección de Mayores de la “Asociación Mercedina de Básquetbol”.
A
través de su trayectoria deportiva, supo dar siempre muestras de ética,
humildad, espíritu de lucha, amistad, integridad varonil, equilibrio, alegría
y ese claro sentido del trabajo mancomunado que lo caracterizaría a lo largo de
toda su vida.
Concluidos
los estudios secundarios, ingresó al Instituto Nacional Superior del
Profesorado en Capital Federal del que egresó con el título de Profesor en Química
el 23 de diciembre de l969. Luego cursó y aprobó varias asignaturas de la
Licenciatura en Química en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
UBA. Dadas las exigencias laborales y familiares debió abandonar esos estudios.
Por
concurso, obtuvo cátedras de Química en el Colegio Nacional “Florentino
Ameghino” de Mercedes en el que,
más tarde, llegó a desempeñarse transitoriamente como vicerrector . Dictó la
cátedra de Química en el Instituto Superior del Profesorado “Ciudad de
Mercedes “; también se destacó en el dictado de cursos de perfeccionamiento
docente y de divulgación científica convocado por distintas
instituciones, entre ellas la Universidad de Mar del Plata.
Desde
el primero de mayo de 1973 ocupó el cargo de Director del C.E.N.S N°6 en el
que trabajó con el denuedo y el brillo que caracterizaron toda participación
suya en la vida educativa y social de la comunidad mercedina.
El
14 de octubre de 1984 perdió la vida trágicamente en un accidente automovilístico
junto a su esposa y a uno de sus hijos.
La
trascendencia de su acción no se redujo al ámbito escolar. Supo cohesionar al
cuerpo docente local tras el objetivo común de defender los derechos del
maestro y del profesor y la elevación del servicio educativo en épocas difíciles
para nuestra Nación y especialmente par el sector. Lo hizo, junto a otros
destacados docentes de la ciudad y de la zona, en un
feliz aunque frustrado intento de organización profesional que –de común
acuerdo- dio en llamarse ADOMER (Asociación de Docentes Mercedinos). Tras
aquellas nobles ideales trabajó incansablemente, renunciando a su propia
comodidad y disponiendo de numerosas oportunidades de su tiempo personal, así
como de los fondos provenientes de su salario, para mejor servir a los intereses
del grupo.
Adhirió
a la filosofía personalista trascendente, y desde esta perspectiva, no solo
formó una familia ejemplar, sino que
había comenzado a realizar sus valiosos aportes a la Política local, en el año
1983, pocos meses antes de que la muerte lo sorprendiera tan insospechadamente.
El
16 de diciembre de 1972 había contraído matrimonio con Rosina Contelli, una
mujer italiana, residente en la ciudad bonaerense de Junín desde muy pequeña,
que supo acompañarlo y engrandecerlo. Conformaron una familia abierta,
trabajadora, sacrificada, modesta, vital, solidaria, siempre presentes ante la
necesidad de amigos, alumnos y compañeros de trabajo, un hogar de intenso diálogo
donde el calor de la familia como institución básica social y su función
responsable en el tejido social podían respirarse fácil y simplemente.
Sus
hijos, Mariana, Cecilia, Juan Francisco y Gabriela hoy sobrevivientes de aquel
accidente son fieles testimonios de
lo que sus padres supieron sembrar en ellos, en el corto lapso en que pudieron
ejercer la paternidad.
Su
nombre fue impuesto en una
ceremonia que revistió características
sumamente emotivas, en la sala principal del Teatro Argentino, el
19 de diciembre de 1997,
acto al que concurrieron variados sectores sociales -desde autoridades,
familiares, ex alumnos, docentes y ex docentes no solo de este Centro sino de
toda la actividad educativa local-, que colmaron en exceso las instalaciones.
En
1999, en un acto público presidido por el Intendente Municipal, Dr. Julio César
Gioscio y representantes del Gobierno Provincial, el CENS 451 recibió la nueva
bandera bonaerense que hoy acompaña a la Enseña Patria en los actos solemnes y
protocolares.
En
los años 1995 y 1996, el CENS participó con diversos trabajos de sus alumnos y
profesores en sendos Encuentros Regionales de Educación de Adultos, en
General Rodríguez y Luján, y en 1997 estuvo a cargo de la organización del
correspondiente a ese ciclo lectivo. Esta actividad convocó -otra vez- el
esfuerzo mancomunado del personal y alumnos, que permitió alcanzar con éxito
la meta propuesta.
En
1998, el CENS 451 participó en las Primeras Jornadas de Educación de Adultos,
un foro abierto para la reflexión y el debate, que con la dinámica de
"congreso" se llevó a cabo en la ciudad de Gral. Rodríguez , en el
mes de noviembre.
Dos
profesores de la casa presentaron sus trabajos:
-
-Hernán Borrajo : "Descubriendo funciones con la planilla de cálculo"
-
Mónica L. Tirone: "La comunicación por el arte", una
experiencia realizada sistemáticamente e informada por la Prof. M. L. Tirone.
Ambas
presentaciones recogieron el interés
de docentes participantes en el encuentro y permitieron dar a conocer el nivel y
el compromiso con los que esta escuela trabaja.
Es
así como esta historia llega hasta la actualidad. En este punto nos parece
oportuno referirnos a los sucesivos cambios de denominación del
establecimiento, a partir del momento en que los servicios educativos nacionales
fueron transferidos a la órbita provincial.
Nuestro
legendario CENS Nº 6, pasó a ser "Escuela Media Nº 4" durante un año
y -tras retornar a su nombre original por un lapso de dos o tres años- hoy
lleva el N° 451, según la nomenclatura usada por la Dirección General
de Cultura y Educación de la Provincia de Bs. As.
Pero
hay algo muy llamativo que no puede soslayarse en esta reseña: la comunidad
mercedina sigue identificando a este centro con la sigla que designara a la
desaparecida Dirección Nacional de Educación del Adulto: DINEA. Treinta años
de trayectoria de esta institución permanecen ligados en la memoria colectiva
al nombre de aquella honorable repartición de quien dependiera.
En
estos momentos -2000- la comunidad educativa se organiza con entusiasmo para
celebrar el trigésimo aniversario del CENS.
Un
párrafo aparte para el sindicato
de Luz y Fuerza.
No
quedaría completa esta historia si no hiciéramos referencia a la organización
sindical que trajo el CENS a Mercedes: El Sindicato de Luz y Fuerza. Fueron sus
autoridades de aquel lejano 1970 quienes, anteponiendo su prestigio y con una
notable visión de futuro, decidieron que intervenir en esta microexperiencia
era ponerse delante de un proceso que implicaba no sólo un adelanto para la
ciudad sino una verdadera inversión en el factor humano, el cual para esta
prestigiosa agrupación gremial fue una constante de su filosofía desde
siempre.
Por
supuesto que no caben más que elogios para esos años iniciales en los cuales
profesores y alumnos fuimos tratados con respeto
y consideración casi desconocidos
en el ámbito educativo.
Vendrían luego los años oscuros en los cuales, de l976 en adelante y hasta 1983, la intervención del gremio y su congelamiento de fondos detuvieron grandemente su accionar, lo que no impidió, empero, continuar colaborando con nuestro Centro.
En
la época de imperio de la democracia y del estado de derecho, vuelve el
Sindicato a prestarnos una valiosa ayuda que se prolonga hasta la actualidad,
renovándose los vínculos de esa primera hora y ampliándose permanentemente.